El verano del oso polar



Cansado decidió acostarse, lo necesitaba. Hastiado del mundo, de sus habitantes y de ella, sobre todo de ella, apagó el interruptor de su vida. Antes, había dejado sin batería sus estúpidos amos tecnológicos. Fue así como realmente empezó su hibernación. Atrás quería dejarlo todo hasta sus sentimientos, que permanecerían en letargo durante el cruel verano.
Parpadeó confuso, ¿cuánto tiempo había pasado? ¿Se habría producido el cambio de estación? ¿Estarían ya cayendo las hojas? Encendió la televisión y se encontró con la predicción meteorológica del telediario, que lo terminó de devolver a la realidad. Solo dos días habían pasado, aunque se sentía como si hubiera dormido toda una eternidad. De pronto, su maltrecho corazón revoloteó mientras la chica del tiempo hablaba de un anticiclón por el norte y de las tormentas pasajeras de verano. Sin saberlo, ella se había convertido en su nuevo sol.

Relato presentado al concurso de Zendalibros.com #AmoresDeVerano

 

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