Mi Alma De Letras

No conseguir alcanzarte rozar con los dedos ese imposible atravesar la tormenta caer finalmente en el olvido

Y busco un reflejo que me lleve a ningún recuerdo

Se despeina la noche con su insomnio amantes silenciosos que se cuelan entre las sábanas y que te roban letras y gemidos

Y me paro en un recoveco del camino a disfrutar de las vistas de los colores de los olores del momento del aquí y ahora que al final es lo único que importa

Y cada uno que dirija como pueda su vida

Y allí, en la vieja estación no se cansa de esperar (te)

Y quise atrapar aquel atardecer como se atrapan los sueños Y se me escapó entre los dedos como se escaparon aquellos besos

La belleza de unos pies desnudos descalzos sobre la madera acortando los pasos entre tú y yo haciendo espacio para un nosotros

Recuerdo pasear por la calle de la mano de mi madre. Era de noche y a ella le encantaba ese momento del año. Llevábamos todo el día preparando la comida que ahora cargábamos en bandejas como ofrenda y nos habíamos puesto nuestras mejores galas. Era un día muy especial y mágico para algunos de nuestro pueblo, descendientes de antiguas familias que vivían desde el principio en México. Mi madre me contaba siempre la misma historia mientras caminábamos en procesión. Esa noche, dentro de unos minutos, el velo entre los vivos y los muertos se haría tan fino que si sabías mirar con atención desaparecería. Y eso éramos capaces de hacer las mujeres de mi familia, generación tras generación, al alcanzar la mayoría de edad. Esa sería mi primera vez. Por fin era mi turno. Me revolvía nerviosa, llevaba mucho tiempo esperando que llegara ese día, esa noche. La tenía marcada en el calendario de la cocina. Sería el momento de dejar a un lado el recuerdo de nuestros seres queridos y encontrarnos c

Roce de palabras compartiendo sentires sonrisas entrelazadas almas danzando al son de un latido

Amanecer que te inspira letras que toca una parte de tu alma

Manos vacías cansadas por el trabajo de toda una vida aunque nunca se rinden ni antes ni ahora siempre encuentran por lo que continuar siempre encuentran por lo que soñar

No encuentro los buenos en los días sobre todo cuando suena el maldito despertador debería haber nacido sin tiempo sin prisas con las monedas en los bolsillos con la seguridad de no tener ataduras temporales con la sensación mágica de ser libre

Un espejo me devuelve el reflejo de mi niñez, el recuerdo marchito de mis ganas de ser mayor. De niña siempre había querido maquillarme y parecer una de esas modelos de televisión. Me hubiera gustado detener el tiempo. Ahora es tarde, en la morgue preparan mi rostro para la eterna despedida.  https://microcuento.es/retos/cuentos-cortos-de-terror/

Esperando que se abra con el calor de la tarde y nuestras miradas