Esta vez nos ha tocado cuidar de ti



Él siempre se había sentido diferente. Le gustaba soñar bonito, bailar, arreglarse, jugar con muñecas, ponerse los zapatos y la ropa de mamá frente al espejo, …
Cuando hace unas semanas nos contó lo que le pasaba, por lo que sufría esos dolores y por lo que había tenido que ir al médico, nos quedamos en estado de shock.
Él, como siempre, se había pintado su mejor sonrisa y, entre bromas, nos dijo que ya sabía que lo suyo había sido siempre ser mujer. Lo habían escogido de forma especial entre el 1% de los hombres a los que se le diagnostica cáncer de mama. Pero, como mujer valiente que se sentía, se enfrentaría a esto como una más de tantas adversidades a las que a lo largo de su vida se había enfrentado. Y que, como una más, superaría.
Yo le dije que contara conmigo, como siempre. Que si algún color nos sentaba bien a las chicas de la familia ese era el rosa, añadí.
Me abrazó como solo él me abraza y, en un susurro, me dijo que eso ya lo sabía, pero de quien debía de cuidar era de nuestra madre y de su chico. Ellos me iban a necesitar más. A ellos sería a quienes debía prestar mi hombro para que lloraran y se desahogaran, porque si algo no iba a permitir es que lo hicieran delante de él. No, para poner el toque dramático de la situación ya se bastaba solo.
Le abracé con más fuerza, ese es mi hermano, siempre preocupándose más por los demás que por él mismo. Por cómo se sentirán, qué necesitarán, ...
Ah Manuelillo, le dije para chincharle, déjame que te diga una cosa. Nos ha tocado esta vez cuidar de ti y eso vamos a hacer, no nos lo pongas muy difícil. 











Participo en el Concurso de Historias de superación de Zenda de Libros 
http://foro.zendalibros.com/forums/topic/concurso-de-historias-superacion-en-zenda/ 

Comentarios

Entradas populares de este blog

El relevo

Encuentra el descanso