Cada uno escribe su propia historia con las letras que brotan de su alma, estas son las mías
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¿Acaso el ocaso puede llenar con su brisa la distancia que la separa de su amada luna?
El mar celoso la quiere llenar de caricias para que no lo recuerde
Pensativo, mira por la ventana. Finalmente su momento más temido ha llegado. Infinidad de veces le habían dicho que se preparara, que estudiara, que tarde o temprano el puesto sería suyo, ... Se había reído en todas esas ocasiones y siempre había contestado lo mismo, que no estaba hecho para eso. De nada servían ahora los consejos recibidos, las palmaditas en el hombro, la de veces que hubiera estado a su lado ayudándolo, … ahora sería él y solo él el que se enfrentara a todos. Respira con fuerza. No, no está preparado. Nunca lo estaría. Demasiada responsabilidad. Un golpe en la puerta hace que se ponga en tensión, pero una dulce voz le hace relajarse al instante, el suficiente para que ella pase y se coloque a su lado. En su mano una taza de chocolate y en sus labios una sonrisa: “–Hijo, es tu turno. No tienes que ser él, solo deja que la magia inunde tu corazón y ella se encargará de todo”. La mira a los ojos y ve la fuerza que transmite pese a los años y al cansancio acumula
Y aquí entre mis piernas encuentra tu parada viajero desahógate tras tu largo camino vierte tu experiencia y siente mi calor quédate vacío de ganas no te preocupes por el ayer ni por el mañana solo descubre el placer de mi cuerpo y la paz tras él Microrrelato publicado en el libro Erótica - IV Concurso Internacional de Microrrelatos de Ediciones de Letras
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